El Mid‑tribulacionismo Examinado

1. Introducción

El mid‑tribulacionismo (arrebatamiento a mitad de la Tribulación) es una postura minoritaria pero persistente sobre el momento del Arrebatamiento en la escatología bíblica. Sostiene que la iglesia atravesará la primera mitad de la septuagésima semana de Daniel (la Tribulación de siete años) y será arrebatada con Cristo en o cerca del punto de los 3½ años, justo antes de la “gran tribulación”.

Este artículo define el mid‑tribulacionismo, presenta sus principales argumentos (especialmente la conexión con la “última trompeta”) y luego evalúa esos argumentos bíblicamente. Al hacerlo, también mostrará por qué la iglesia es eximida de toda la septuagésima semana de Daniel, no solo de la segunda mitad.

2. ¿Qué es el Mid‑tribulacionismo?

La postura del Arrebatamiento a mitad de la Tribulación enseña que:

La septuagésima semana de Daniel (Daniel 9:27) es un período literal de siete años aún futuro.
Solo la última mitad (3½ años) es “la tribulación” en sentido estricto (“la gran tribulación”; Mateo 24:21).
La iglesia experimentará los primeros 3½ años—vistos como “el principio de dolores” (Mateo 24:8)—pero será arrebatada en el punto medio, justo antes de que la ira escatológica de Dios sea derramada en toda su plenitud.
La venida de Cristo por la iglesia (Arrebatamiento) y su regreso con la iglesia en gloria son eventos distintos, pero separados solo por 3½ años.

Entre los defensores principales del mid‑tribulacionismo se han contado J. Oliver Buswell, Gleason Archer y Merrill Tenney.

3. Principales Argumentos del Mid‑tribulacionismo

3.1 Énfasis en la Marca de los 3½ Años

Los mid‑tribulacionistas señalan que los textos proféticos resaltan repetidamente un período de 3½ años:

“tiempo, tiempos y la mitad de un tiempo” (Daniel 7:25; 12:7; Apocalipsis 12:14)
“1.260 días” (Apocalipsis 11:3; 12:6)
“42 meses” (Apocalipsis 11:2; 13:5)

Argumentan que esta repetición muestra que el punto medio de la semana es el giro decisivo cuando:

El Anticristo rompe su pacto con Israel (Daniel 9:27).
Se establece la abominación desoladora (Mateo 24:15).
Comienzan la persecución y el juicio más intensos.

Desde esta lectura, algún “evento” mayor en el punto medio debe marcar una transición clara; los mid‑tribulacionistas identifican ese evento como el Arrebatamiento de la iglesia.

3.2 El Argumento de la “Última Trompeta”

Los mid‑tribulacionistas insisten en que la “última trompeta” de 1 Corintios 15:52 y la trompeta de 1 Tesalonicenses 4:16 deben ser la misma que la séptima trompeta en Apocalipsis 11:15:

“porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados.”
— 1 Corintios 15:52

“El séptimo ángel tocó la trompeta…”
— Apocalipsis 11:15

El razonamiento es:

El Arrebatamiento ocurre a la “última” trompeta (1 Corintios 15:52).
La séptima trompeta es la última de una secuencia en Apocalipsis.
La séptima trompeta suena en (o poco después de) la mitad de la septuagésima semana.
Por lo tanto, el Arrebatamiento debe ocurrir en o cerca de la mitad de la Tribulación.

3.3 Los Dos Testigos como Tipo de la Iglesia

Apocalipsis 11 describe a dos testigos proféticos en Jerusalén que ministran por 1.260 días (3½ años), son muertos, permanecen insepultos, luego son resucitados y arrebatados al cielo:

“Entonces oyeron una gran voz del cielo, que les decía: Subid acá. Y subieron al cielo en una nube; y sus enemigos los vieron.”
— Apocalipsis 11:12

Algunos mid‑tribulacionistas sostienen que:

Los dos testigos simbolizan a la iglesia o a creyentes representativos de la iglesia.
Su ser llevados al cielo en la mitad de la septuagésima semana representa el Arrebatamiento de la iglesia.
Este ser arrebatados coincide con la séptima trompeta y, por tanto, con la “última trompeta” de 1 Corintios 15.

Otros (por ejemplo, Buswell) no ven a los testigos como representando a la iglesia, pero aun así colocan el Arrebatamiento de ellos y el de la iglesia juntos en la mitad de la semana.

3.4 La Primera Mitad No es “la Ira de Dios”

Los mid‑tribulacionistas suelen distinguir:

Primeros 3½ años: “principio de dolores” (Mateo 24:8), caracterizados mayormente por la ira del hombre y de Satanás—persecución, guerra, hambre.
Últimos 3½ años: “gran tribulación” y “el día del Señor”, caracterizados por la ira directa de Dios (sobre todo los juicios de trompetas y copas).

Dado que la iglesia no está puesta para ira (1 Tesalonicenses 1:10; 5:9), argumentan que:

La iglesia debe ser quitada antes de que comience la ira de Dios.
Pero no es necesario que sea quitada antes de la primera mitad, porque esta aún no sería “la ira de Dios”.

De este modo, la iglesia es arrebatada a mitad de la Tribulación, justo antes de que la ira divina caiga en toda su intensidad.

4. Evaluación Bíblica de los Argumentos Mid‑tribulacionistas

4.1 ¿Está Libre de la Ira de Dios la Primera Mitad de la Semana?

Una afirmación crítica del mid‑tribulacionismo es que la ira escatológica de Dios comienza solo después del punto medio. Pero el mismo Apocalipsis, en armonía con el Antiguo Testamento, presenta los juicios iniciales como claramente divinos.

4.1.1 El Cordero Abre los Sellos

Apocalipsis 5–6 muestra que es el Cordero quien abre los sellos:

“Y vi a un ángel fuerte que pregonaba a gran voz: ¿Quién es digno de abrir el libro y desatar sus sellos?…
Pero uno de los ancianos me dijo: No llores. He aquí que el León de la tribu de Judá, la raíz de David, ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete sellos.”
— Apocalipsis 5:2, 5

Cada juicio de sello (Apocalipsis 6:1–17; 8:1) procede de la autoridad misma de Cristo. Aun cuando Dios usa agentes humanos y demoníacos, la fuente es el trono de Dios.

Los primeros cuatro sellos (los “cuatro jinetes”) traen conquista, guerra, hambre y muerte—condiciones que el Antiguo Testamento identifica repetidamente como instrumentos de la ira divina (cf. Ezequiel 14:21; Levítico 26:21–28; Deuteronomio 28:20–26).

4.1.2 La Ira del Cordero Declarada en el Sexto Sello

En el sexto sello, los mismos incrédulos reconocen la fuente de estas calamidades:

“…y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero; porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie?”
— Apocalipsis 6:16–17

El verbo “ha llegado” (griego ēlthen) está en aoristo indicativo, señalando una ira que ya ha venido y ahora está presente, no algo que apenas está por comenzar. Para cuando se abre el sexto sello, ya ha perecido la cuarta parte de la población mundial (Apocalipsis 6:8), y los sobrevivientes interpretan esto como el despliegue de la ira de Dios, no meramente de la ira humana o la malicia satánica.

Entonces, bíblicamente:

La ira de Dios ya está operando en los juicios de los sellos, que se desarrollan en la primera parte de la septuagésima semana.
Es artificial limitar la ira divina solo a la segunda mitad.

Dado que a los creyentes se les promete explícitamente liberación “de la ira venidera” (1 Tesalonicenses 1:10) y que “Dios no nos ha puesto para ira” (1 Tesalonicenses 5:9), la coherencia exige que la iglesia sea quitada antes de que comience toda la secuencia de juicios divinos, no solo antes de sus etapas finales.

4.2 ¿Equivale la “Última Trompeta” a la Séptima Trompeta?

El mid‑tribulacionismo depende en gran medida de equiparar la “última trompeta” de 1 Corintios 15:52 con la séptima trompeta de Apocalipsis 11:15. Pero esta identificación es débil desde el punto de vista exegético por varias razones.

4.2.1 Contextos y Funciones Diferentes

En 1 Corintios 15:52 y 1 Tesalonicenses 4:16, la trompeta está asociada con:
- La resurrección de los creyentes de la era de la iglesia.
- La transformación de los que estén vivos.
- La reunión gozosa de la iglesia con Cristo.
En Apocalipsis 11:15, la séptima trompeta:
- Anuncia juicios adicionales y la inminencia del reino.
- Es explícitamente una de una serie de trompetas angélicas de ira (Apocalipsis 8–11).

Las trompetas tienen propósitos distintos:

La “última trompeta” de 1 Corintios 15 es una trompeta de bendición, que convoca a los santos a la gloria.
La séptima trompeta de Apocalipsis es una trompeta de juicio, que anuncia males intensificados sobre el mundo incrédulo.

La similitud de vocablos (“trompeta”, “última”) no prueba identidad; el contexto determina el sentido.

4.2.2 “Última”, ¿en Qué Sentido?

El adjetivo “última” (éschatos) en 1 Corintios 15:52 no tiene por qué significar “la última en una serie cronológica absoluta de todas las trompetas que se tocarán jamás”. Más bien, de forma natural:

Es la última trompeta de la era de la iglesia, asociada con la consumación del programa de Dios para el cuerpo de Cristo.
La literatura apocalíptica judía utiliza trompetas para diversos eventos escatológicos—juicio, asamblea, liberación. La Escritura misma utiliza más de una trompeta escatológica (por ejemplo, Mateo 24:31; 1 Corintios 15:52; Apocalipsis 8–11).

Es importante notar que Mateo 24:31 menciona otra trompeta, al final de la Tribulación, que reúne a los escogidos sobrevivientes (primariamente Israel) de los cuatro vientos. Es al menos igual de plausible identificar esa trompeta de fin de la Tribulación como “la última” en un sentido cronológico, que identificar la séptima trompeta de Apocalipsis.

Por tanto, la “última trompeta” de 1 Corintios 15 señala no a la séptima trompeta de Apocalipsis, sino a la señal culminante y climática de la resurrección y el Arrebatamiento de la iglesia, distinta de las trompetas de juicio de la Tribulación.

4.3 ¿Son la Iglesia los Dos Testigos?

Los mid‑tribulacionistas que ven a los dos testigos como símbolos de la iglesia enfrentan serios problemas.

Perfil literal: Los dos testigos profetizan en Jerusalén, realizan milagros específicos (hacer descender fuego, cerrar el cielo, convertir el agua en sangre), son muertos, yacen en la calle 3½ días y luego son resucitados y llevados arriba. Esta descripción detallada sugiere con fuerza dos individuos literales, no un símbolo corporativo.
¿Mártirio universal? Si los dos testigos representan a la iglesia, entonces:
- Todo el ministerio de la iglesia en la primera mitad debería limitarse a Jerusalén.
- Toda la iglesia entera tendría que ser muerta y exhibida públicamente, para que el mundo entero la contemple (Apocalipsis 11:8–9).
- La resurrección y el Arrebatamiento de la iglesia entera tendrían que ocurrir 3½ días después de ese martirio universal.

Tales implicaciones son absurdas y contrarias a otros pasajes proféticos.

Secuencia en relación con la séptima trompeta: Aun si los dos testigos fueran simbólicos, nótese que en Apocalipsis 11 los testigos son resucitados y arrebatados antes de que suene la séptima trompeta (Apocalipsis 11:11–15). Ese orden es opuesto al de 1 Corintios 15:52, donde:
- Suena la trompeta, y luego
- Los muertos son resucitados y los vivos transformados.

De modo que la identidad de los testigos y el momento de su ascensión no respaldan un Arrebatamiento a mitad de la Tribulación.

La mejor interpretación es que los dos testigos son profetas literales (a menudo asociados con Moisés y Elías) que ministran en Jerusalén durante la primera mitad de la semana, y cuya resurrección y ascensión son una señal dentro de la Tribulación, no el Arrebatamiento de la iglesia.

4.4 La Estructura y el Propósito de la Septuagésima Semana de Daniel

Daniel 9:27 presenta la septuagésima semana como un período unificado de siete años, decretado sobre Israel y Jerusalén:

“Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad…”
— Daniel 9:24

Los propósitos enumerados (Daniel 9:24) son específicamente judíos:

Terminar la prevaricación.
Poner fin al pecado.
Expiar la iniquidad.
Traer la justicia perdurable.
Sellar la visión y la profecía.
Ungir al Santo de los santos (o un lugar santísimo).

A lo largo de la Escritura, la Tribulación es:

“Tiempo de angustia para Jacob” (Jeremías 30:7).
Un período que culmina en el arrepentimiento y la restauración nacional de Israel (Jeremías 30:7–9; Zacarías 12:10; Romanos 11:25–27).

En contraste, la iglesia:

Es un misterio, no revelado en el Antiguo Testamento (Efesios 3:3–6; Colosenses 1:26–27).
Comenzó de manera única en Pentecostés (Hechos 2).
Es distinta de Israel (1 Corintios 10:32; Romanos 11).

Si toda la septuagésima semana está decretada sobre Israel y su ciudad para cumplir los propósitos del pacto de Dios con ellos, es injustificado insertar a la iglesia en la mitad de ese período. Una distinción coherente entre Israel y la iglesia respalda con fuerza la remoción de la iglesia antes de que comience la septuagésima semana, no en la mitad.

4.5 La Promesa de Ser Guardados “de la Hora”

Apocalipsis 3:10 también es decisivo:

“Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra.”
— Apocalipsis 3:10

Observaciones clave:

La promesa no es ser guardados solo de la prueba dentro de la hora, sino de la hora misma—es decir, de todo el período de tiempo de prueba mundial.
Se dice que la prueba vendrá sobre “el mundo entero”, lo que indica una Tribulación mundial, no una persecución localizada.
La expresión “los que moran sobre la tierra” es un término técnico en Apocalipsis para incrédulos persistentes, nunca para la iglesia.

La frase griega tēreō ek (“guardar de”)—también usada en Juan 17:15—se ajusta mejor al sentido de exención de entrar en el tiempo señalado, no de protección mientras se permanece dentro de él. Argumentar que la iglesia será guardada “a través” de la mayor parte de la Tribulación, pero quitada en la mitad, no hace justicia a la promesa clara de ser guardados de la hora misma.

Junto con 1 Tesalonicenses 1:10 y 5:9 (“no nos ha puesto para ira”), esto implica que la iglesia está exenta de todo el tiempo escatológico de ira, no solo de su segunda mitad.

4.6 La Pérdida de la Inminencia

El mid‑tribulacionismo, por definición, niega que la venida de Cristo por su iglesia sea inminente en el sentido del Nuevo Testamento. Si eventos fijos y profetizados—la firma del pacto (Daniel 9:27), el surgimiento de la confederación de diez reinos, los sellos iniciales de Apocalipsis, la abominación desoladora—deben ocurrir antes del Arrebatamiento, entonces:

Los creyentes no pueden verdaderamente estar esperando a Cristo “en cualquier momento” (cf. Filipenses 3:20; Tito 2:13; Santiago 5:7–9).
En lugar de eso, deben estar pendientes de que se desarrolle un calendario profético conocido.

Sin embargo, el Nuevo Testamento exhorta a los creyentes:

“…y esperar de los cielos a su Hijo…”
— 1 Tesalonicenses 1:10

“…aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo…”
— Tito 2:13

Esta actitud de expectación constante es natural si el Arrebatamiento es sin señales previas y posible en cualquier momento, pero se vuelve forzada si sabemos que primero debemos atravesar al menos 3½ años de eventos apocalípticos.

5. Por Qué la Iglesia Está Exenta de Toda la Septuagésima Semana de Daniel

A partir de los datos bíblicos anteriores, emerge un cuadro coherente:

La ira de Dios permea toda la septuagésima semana, comenzando con la apertura del primer sello (Apocalipsis 6).
A la iglesia se le promete liberación de la ira venidera (1 Tesalonicenses 1:10; 5:9) y ser guardada de la hora de la prueba mundial (Apocalipsis 3:10).
La septuagésima semana de Daniel está decretada sobre Israel y Jerusalén, para completar los propósitos de Dios según el pacto con ellos (Daniel 9:24–27; Jeremías 30:7).
La iglesia es una entidad distinta, formada en esta era, no incluida en las profecías del Antiguo Testamento sobre la Tribulación, y está llamativamente ausente de Apocalipsis 4–18 como comunidad terrenal.
El Arrebatamiento, presentado como inminente, cronológicamente previo al Día del Señor (1 Tesalonicenses 4:13–5:9), y como un consuelo para los santos, encaja mejor como ocurriendo antes del inicio de la septuagésima semana de Daniel—no en la mitad ni al final.

Así, la iglesia es exenta no solamente de la mitad de la septuagésima semana de Daniel, sino de los siete años completos. Colocar el Arrebatamiento a mitad de la Tribulación:

Minimiza los sellos iniciales, como si fueran de algún modo menos divinos.
Fuerza una identificación injustificada de trompetas.
Malinterpreta detalles simbólicos (dos testigos) como tipología de la iglesia.
Socava la inminencia.
Confunde el programa profético de Israel con el de la iglesia.

6. Conclusión

El mid‑tribulacionismo intenta una posición intermedia entre un Arrebatamiento pre‑tribulacional y la idea de que la iglesia atraviese la Tribulación completa. Sus pilares clave—la ecuación de la “última trompeta” con la séptima trompeta, el papel representativo de los dos testigos y la afirmación de que la primera mitad de la semana no es realmente la ira de Dios—no resisten un examen exegético cuidadoso.

La Escritura presenta la septuagésima semana de Daniel como un período unificado, divinamente decretado, de juicio y restauración enfocado en Israel. Desde la apertura de los sellos, los juicios son explícitamente la ira del Cordero. Sin embargo, a la iglesia se le promete liberación de esa ira y de la hora en que ella cae, mientras se le ordena mirar continuamente por el retorno de Cristo.

Sobre este fundamento bíblico, lo mejor es entender que la iglesia será quitada antes de que comience la septuagésima semana, no en su punto medio. El Arrebatamiento no es un rescate a mitad de la Tribulación de solo la mitad de la ira de Dios, sino una liberación pre‑tribulacional de toda la hora escatológica de prueba que vendrá sobre el mundo entero.

“Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo.”
— 1 Tesalonicenses 5:9

El mid-tribulacionismo examinado